Escritor de nacimiento, comunicador social de profesión. Mi interés por conocer más sobre la esencia del ser humano me convirtió en consejero en biodescodificación. Me considero un amante de los pequeños grandes placeres de la vida: un buen libro, las burbujas de la cerveza artesanal, las historias memorables en pantalla grande y la panadería que aún conserva la vieja usanza. Por ello y mucho más, decidí ser parte del proyecto La Tamicera, un espacio que integra y amasa todas mis pasiones, para convertirme en el sujeto detrás de la cámara.